Esta singular tradición se celebra el día 12 de mayo o el sábado anterior al mismo. Ese día se procesiona la imagen de la Patrona por los aledaños de su capilla, en la cima del cerro, a donde acuden numerosos devotos para conmemorar unos hechos que se tuvieron por prodigiosos en su época.
Este milagro, data del año 1743 en el que los campos de Archidona y de toda la comarca (en su mayoría dedicados a la encina y a la cría de ganado) se vieron amenazados por la aparición de una plaga de orugas que amenazaba con destruir las cosechas de ese año.
Para tratar este grave problema que amenazaba con traer hambre y penurias a la Ciudad, el Cabildo del Ayuntamiento se reunió de forma extraordinaria junto con representantes del clero, que estuvo representado por el Vicario y por los Superiores de los Conventos de Santo Domingo de Guzmán (Orden de Hermanos Predicadores) y de Nuestra Señora de la Victoria (Orden Mínima de San Francisco de Paula). En esta reunión, acordaron celebrar una solemne novena de rogativas en honor de la Santísima Virgen de Gracia, concluyendo con una procesión que llevaría a la Imagen de la Patrona hasta lo más alto del Cerro, donde se colocó una Cruz que debía ser restaurada y mantenida por el propio Ayuntamiento.
En el acta que se levantó, consta que esta petición se realizaba a nuestra Madre y Señora de Gracia, Patrona y Abogada de Archidona porque “siempre que este pueblo se ha hallado en algún conflicto o ahogo ha acudido para su remedio”.