La Ermita

conoce la ermita donde reside nuestra patrona
3 - Fotografías Santuario (50)

La Mezquita

En una ciudad musulmana no podía faltar una mezquita que reflejara su mayor pureza religiosa.

Su estructura aún se conserva, aunque como en tantos otros casos, ha servido de base para la construcción de una iglesia cristiana, la ermita de la Virgen de Gracia, patrona de Archidona. Esta mezquita tiene el privilegio de ser la única conservada en la provincia de Málaga.

Su emplazamiento se ubica en la parte oriental de la ciudad, justo al pie del recinto superior, detrás de la Puerta del Sol, mirando al Conjuro. Su cronología coincide con el periodo Almohade, siglos XII y XIII, sus formas son deudoras de existir una primera mezquita en la época del emirato, en el momento de la proclamación de Abd-al-Rahman I en el 756, lo que la convertiría en la primera mezquita erigida en al-Andalus, pero esta hipótesis sólo se sustenta en la referencia a un oratorio o musalla donde fue proclamado. Sí existe una noticia más sólida que habla de la fundación de una aljama en Rayya, que podría ser Archidona o Málaga, aunque la primera ostenta la capitalidad de la Cora en esos momentos, este dato aparece en la obra de Ibn al-Faradi en la que se dice que el emir Muhammad I concedió unos fondos para su construcción, sería en la segunda mitad del siglo IX.

La mezquita se compone de cinco naves paralelas entre sí y perpendiculares al altar cristiano, se apoyan sobre gruesas columnas, toscas y sin base, cuatro lisas y dos sogueadas, aprovechadas posiblemente de algún monumento anterior. Los capiteles son gruesos de perfil cúbico con muescas en los ángulos.  De yeso y ladrillo, hoy aparecen encalados. En la construcción de la ermita los cristianos aprovecharon las columnas de la mezquita, incluso debajo de las columnas toscanas, ya cercanas al altar, se encuentran las musulmanas a las que se rodeo con sogas para que el yeso agarrase mejor y así poder realizar las columnas cristianas.

Los arcos que sustentan la cubierta son de herradura levemente apuntados, con alfiz. Las cubiertas de las naves son independientes, dispuestas a doble vertiente con vigas de madera, reciben tirantes para su entibamiento, apuntalando el interior.

El muro que mira hacia el sur sería la Quibla de la mezquita, su construcción en la ladera exige que tenga contrafuertes de gran grosor. En este muro se localiza un nicho que posiblemente fuese el Mihrab, en la mayoría de las mezquitas se dirige hacia Oriente, donde está la Meca, éste mira hacia el sur, característica de las mezquitas españolas, orientación que posiblemente se adoptó miméticamente de las mezquitas Omeyas.

En el anterior muro meridional se ha dejado como testigo una franja exterior de piedra que señala el final de la mezquita y paralela a ella se encuentran en el interior unas columnas hechas con piezas de ladrillo recubiertas, alineada con ellas se localiza en el suelo el quicio de lo que sería una puerta de acceso y que nos da la pista de que las entradas a este templo se encontraban por el Oeste y por el Este, ajustándose al espacio de la terraza en la que había sido emplazada la mezquita.

Existe una puerta que comunica con el patio norte, según César Olano su arquitecto-restaurador, pudo ser la entrada de la mezquita, coincide con la nave central y tiene enfrente el Mihrab, allí se cree que se localizaba el Sahn o patio de las abluciones, pero este espacio ha sido excavado en la propia roca, y el original tuvo que estar donde se encuentra en la actualidad, como acceso de entrada a la ermita, hoy es un patio porticado que se acomoda perfectamente a la construcción en ladera de todo el conjunto.

El muro que se localiza a la izquierda de la entrada a la ermita es el arranque del alminar, su obra es de ladrillo, del que sólo queda la base sobre la que se edificó un campanario para la nueva ermita. De planta cuadrada, se sitúa a los pies de la mezquita y su acceso, una vez cerrada la puerta que lo comunicaba con esta, se hace por el santuario, mediante escaleras en torno a un machón central. El alminar está levemente inclinado, hasta la restauración de 1989 estaba coronado por una terraza que se sustituyó por una torre cubierta a cuatro aguas.

alminar está levemente inclinado, hasta la restauración de 1989 estaba coronado por una terraza que se sustituyó por una torre cubierta a cuatro aguas.

La puerta del muro de levante da paso a los sótanos donde se encontró cerámica cristiana, desde estos sótanos se puede comprobar como el suelo de la ermita tiene una pequeña elevación, pues desde aquí se observa como el arranque de las columnas está algo más bajo, esto es debido a que en la ampliación del siglo XVII las columnas se elevaron y la única solución era escalonar el suelo o poner el nivel a la altura de las columnas cristianas, opción que al final se adoptó teniendo presente el gran número de fieles que se acumulan en determinados días. Su solería actual es de cerámica artesanal de Oropesa.

A la entrada a mano derecha, se encuentra una pila bautismal de cerámica vidriada verde, procede de un alfar sevillano de Triana fechado en el siglo XV.

La ermita de la Virgen de Gracia

La antigua mezquita fue remodelada y adaptada al culto cristiano en el siglo XVII, para ello se cambió la dirección del templo, las cinco naves de la mezquita que miraban hacia el muro de Quibla se convertirían en tres naves perpendiculares a las ya existentes, dirigiéndose ahora hacia el altar y ampliándose en dos tramos, el último de los cuales será ocupado por el camarín de la Virgen de Gracia y la Sacristía. La obra de la ermita dejará casi intactas las tres primeras naves de la mezquita, a partir de aquí se revestirán con yeso las columnas existentes en el cuarto tramo para hacer unas nuevas a la manera toscana e igual se hará en lo que era el muro final de la mezquita pero utilizando esta vez ladrillos superpuestos como relleno. El templo cristiano cubre la nave central con bóveda ovalada y las laterales con bóvedas de arista.

El santuario que hoy vemos es una obra realizada por los alarifes Francisco Berrocal y Francisco Astorga en 1771-1774. La construcción engloba un patio rectangular porticado por tres de sus lados, con arcos de medio punto y bóveda de arista, y una barandilla que permite observar el pueblo. Pensamos que sería el primitivo patio de las abluciones de la mezquita.

El aparejo es el característico de las construcciones archidoneses del siglo XVIII, mampostería encalada con hiladas de ladrillo y cadenas del mismo material en las esquinas, lo que nos habla de una clara influencia mudéjar. […]”

Fragmento del artículo “El cerro de la ermita de la Virgen de Gracia y su entorno arqueológico e histórico”. OTERO CABRERA, Isidoro. Rayya, Revista cultural de la comarca norte de Málaga. Nº 1, Archidona. 2004, pp. 20-24

HORARIO DE APERTURA DEL SANTUARIO

DE OCTUBRE A MARZO

Mañanas: de 9:30h a 13:30h

Tardes: de 16:00h a 18:00h

DE ABRIL A SEPTIEMBRE

Mañanas: de 8:00h a 13:00h

Tardes: de 16:30h a 21:30h

La Pila Bautismal

tb731a

La primera pila bautismal de Archidona.

De autor anónimo, ha sido datada del siglo XV y, más concretamente, entre los años 1486 y 1500, de estilo mudéjar fue fabricada en los alfares de Sevilla. La pila consta de una taza de forma semiesférica que se sostiene sobre un fuste cilíndrico. Sus medidas son de 1.04 m de altura por 0.91 m de diámetro. Se encuentra situada en la Ermita de Nuestra Señora de Gracia, al pie de la nave derecha, entrando, habiéndosele colocado recientemente, una pequeña y artística reja de hierro de protección. Esta ermita, que fue la primera iglesia parroquial de Archidona desde su reconquista en 1462, ha sido la única ubicación que ha tenido en sus más de quinientos años de existencia.

La taza, cuya parte cónica o interior se halla vidriada de verde sobre el esmalte blanquecino e impermeable, tiene un pequeño reborde seguido de una delgada moldura dividida en tramos dentados alternos. A continuación, tiene un zuncho de hierro, colocado con posterioridad, para darle mayor consistencia y seguridad.

El probable horror vacui en los alfareros sevillanos, parece traslucirse de la desbordante decoración de esta pila que se desarrolla en todo su exterior, salvo la curvilínea parte inferior de la taza que solo contiene algunas piñas (la mayoría desaparecida) y algunos motivos vegetales, pero, mantiene todo su esplendor ornamental en la base o columna.

La técnica decorativa empleada fue la de altorrelieves o placas moldeadas con anterioridad y adheridos al exterior, antes de la cochura.

Se disponen los adornos en tres franjas horizontales de altorrelieves adheridos a la pared exterior. a primera está compuesta por cinco motivos diferentes que se repiten cadencialmente: flor rodeada de lo que parecen ser ocho pétalos; ocho círculos pequeños rodeando a otro mayor; flor de cuatro pétalos encajada en un cuadrado formado por cuatro pétalos grandes; un escudo volcado con un león rampante en su interior y, por último, un sello circular con un motivo indescifrable.

La segunda franja la constituye una serie de flores de lis colocadas de forma alternativa y algo aleatoria.

La última franja está constituida por grupos de cuatro adornos cada uno, que se repiten, los cuatro relieves son: el monograma JHS, un sol encerrado en un círculo, una concha y un niño catecúmeno desnudo.

A continuación, la taza está rodeada de un cordón franciscano con nudos de trecho en trecho que da paso a la parte inferior convexa hasta su apoyo en la columna o fuste. Esta última porción de la taza es lisa salvo algunos motivos vegetales intercalados de piñas.

La columna sobre la que se sustenta es cilíndrica, se encuentra muy ornamentada con plaquitas de barro pegadas a la superficie formando, al igual que en la taza, franjas horizontales, pero con la peculiaridad de que cada franja posee el mismo motivo. En la parte superior, bajo un importante reborde, encontramos una franja compuesta exclusivamente de puntas cónicas, seguida de una fina moldura con trechos dentados, a continuación hay seis franjas, la primera formada de torres almenadas; la segunda de niños catecúmenos desnudos; la tercera, de la misma plaquita que vimos en la taza, que parece ser una flor de cuatro pétalos encajada en un cuadrado formado por cuatro grandes pétalos; la plaqueta que se repite en la franja cuarta es la flor que posee un botón central rodeado de lo que parecen ser doce pétalos; la quinta, la forman flores de lis, y la sexta, está formada por grupos de tres piñas; sigue a estas franjas una moldura similar a la descrita anteriormente y, finalmente, una última franja de adornos de puntas cónicas, igual a la primera.

pila bautismal

RODRIGUEZ BARROSO, Jaime. “Las pilas bautismales malagueñas de barro vidriado”, Revista científica – Isla de Arriarán, XLII-XLIII, pp. 435-449

1173

en instagram, síguenos

2897

en facebook, síguenos

120

en twitter, síguenos

pronto estaremos en youtube